En Cremitas solemos hablar de numerosos productos de belleza, entre los que no pueden faltar los perfumes, los cuales suelen contener notas cítricas, florales y/o frutales. En el caso de hoy veremos una fragancia única y muy original, aunque más bien parece estar destinada a ser un artículo de coleccionista, a pesar de haber sido elaborada para poder utilizarse como aroma personal. Se trata de Paper Passion, un perfume que huele a libro.
Esta original aventura nace del editor Gerhard Steidl, quien le propuso al perfumista Geza Schoen que capturara el característico aroma de un libro y lo envasara como homenaje a los amantes de la lectura. El perfumista se puso manos a la obra y para ello se impregnó de muestras de tinta y de papel para recoger la esencia que debía dar como resultado esta peculiar fragancia.
El nacimiento del perfume
Finalmente, Schoen necesitó alrededor de 5 ingredientes para dar con la fórmula que recogiera el aroma de un libro, cuando lo habitual es que contengan entre 20 y 100. Entre ellos destaca el linoleato de etilo para darle un toque graso, y una selección de componentes leñosos para aportarle sequedad. Estas 2 características no suelen aparecer en las notas que más trabajan los expertos perfumistas, de ahí el mérito de su labor de investigación.
La presentación
Mientras Schoen trabajaba en la fórmula del perfume, Steidl acudió a Karl Lagerfeld para hablarle del proyecto y proponerle el diseño de la presentación. El diseñador no lo dudó ni un segundo, y al instante propuso que la caja fuera como un libro real en cuyo interior hubiera un compartimento con la forma del frasco. El resultado final de esta colaboración a tres bandas es la que podemos ver en las fotografías, ahora solo falta saber si huele tan bien como promete, puesto que el olor de los libros es mi favorito de todos.
No sé cómo huele, ni siquiera lo imagino, pero la idea en sí no me atrae lo más mínimo. Creo que la lectura y el perfume son cosas distintas, incluso me molestaría que alguien me dijera cómo huele la pasión por la lectura. Algo tan personal no creo que pueda trasladarse a un perfume que sólo busca vender a golpe de una originalidad más pretendida o falaz que real. Al margen, por supuesto, de que pueda oler delicioso.
Hola, Ana! Precisamente hace unos días estuve hablando con un amigo, y los dos coincidíamos en que nuestro olor preferido era el de un libro recién comprado. Compartimos la «manía» de oler cuanto folleto cae en nuestras manos… Algo que le pasa a mucha más gente, y de ahí surgió la idea de este editor.
Estoy de acuerdo contigo en que ambos conceptos no deben mezclarse, pero creo que se trata más de un producto editado de manera especial, que de un perfume en sí. De hecho, se puede adquirir en librerías :)) Un saludo!