Los objetivos de Año Nuevo pueden contextualizarse en distintas temáticas, por ejemplo, en torno a la belleza. Los propósitos de belleza están muy ligados con el cuidado personal. ¿Cómo puedes alcanzar estas metas sin que el mes de febrero suponga el olvido definitivo? En Cremitas te damos ideas.
Elige un máximo de tres metas
Cuando estableces una lluvia de ideas en torno a este comienzo de 2019 corres el riesgo de caer en la idealidad. Sin embargo, observa la realidad tal y como es. Elige un máximo de tres metas sencillas, concretas y realistas. De este modo, tu nivel de implicación con esos propósitos aumenta frente al riesgo de la atención dispersa de las opciones infinitas.
Encuentra tiempo
Los propósitos quedan representados como meros deseos en el plano teórico. Para dar una esencia de realidad a estas ideas, tienes que dedicar tiempo a estas metas que has elegido como importantes para ti. Elabora un plan de acción puesto que la planificación también es clave en este proceso.
Incluso aunque tus circunstancias personales sean complejas por las dificultades para conciliar distintos aspectos de tu rutina, encuentra unos minutos para ti sabiendo que te lo mereces. Es decir, en la base de este cuidado también está el fortalecimiento de la autoestima.
Tu bienestar es lo más importante
Observa el significado que tienen estos propósitos en tu vida. Mientras que existen otros aspectos de la felicidad que son secundarios, la salud es un bien prioritario. Y la salud también parte de la disposición proactiva hacia el cuidado personal. Un concepto de belleza saludable que puede estar en la base de unos hábitos de vida constructivos. Por tanto, existe una vinculación constante entre ambos elementos.
Disfruta de esos momentos de cuidado personal desde el placer antiestrés de desconectar de lo urgente para practicar la filosofía slow life y la presencia consciente.