Las pieles sensibles son las que más sufren las inclemencias climáticas, especialmente durante la temporada invernal, cuando las bajas temperaturas y el viento hacen su desagradable aparición. Sin embargo, no olvides que también en verano debemos proteger nuestra piel frente a los perjudiciales rayos de sol que provocan daños irreparables en nuestra piel, como sequedad, quemaduras y envejecimiento prematuro.
En general siempre cuidamos e hidratamos todas las partes de nuestro cuerpo correctamente, aunque muchas veces nos dejamos a una de las grandes olvidadas que suelen ser las manos. Es lógico que las mujeres que cuidamos de nuestro hogar, desempeñando las tareas domésticas más típicas, terminemos la jornada diaria con las manos en bastante mal estado, y muchas veces ya sea por pereza o por descuido, nos vamos a dormir sin antes hidratar la parte de nuestro cuerpo que más trabaja.