¿Funciona? Esta es la pregunta que todas las mujeres nos hacemos después de gastar un dineral en un cosmético o tratamiento. No nos engañemos, en el caso de las cremas anti-celulíticas y reductoras, la clave es combinar nuestro producto con ejercicio físico diario y con una dieta sana y equilibrada.
No existen productos milagrosos que de la noche a la mañana nos proporcionen un cuerpo espectacular sin necesidad de grandes esfuerzos, aunque por supuesto, todo depende de muchos y diversos factores. Cada mujer es un mundo, al igual que nuestro cuerpo y nuestras necesidades, así que no confíes únicamente en tu tratamiento reductor o anti-celulítico, vigila lo que comes y deja a un lado la vida sedentaria.
En este sentido, una de las principales preocupaciones de las mujeres suele ser la pérdida de firmeza, que no perdona a nadie y hace acto de presencia a medida que pasan los años. Mi preferida es la de Nivea, aunque es la única que he probado. Un tratamiento desarrollado para recuperar la firmeza del abdomen, las piernas y los glúteos, es decir, las zonas que más atención necesitan.
Los resultados empiezan a ser visibles a partir del primer o segundo mes, en función del cuerpo de cada mujer, y siempre que seamos constantes en el tratamiento y pongamos en práctica los consejos anteriores. No olvides que si sigues con un estilo de vida sedentario y descuidando tu dieta, la crema no servirá de nada.
Su textura cremosa y ligera proporciona una agradable sensación de descanso y bienestar, mientras mejora la firmeza y la elasticidad de nuestro cuerpo. Utiliza el producto en las zonas afectadas con movimientos circulares, hasta que el producto se haya absorbido por completo. Encontrarás el tratamiento en cualquier farmacia o tienda de cosmética más cercana, así que no busques más excusas y empieza a cuidarte, porque el esfuerzo habrá merecido la pena.