No todas las mujeres somos iguales ni tampoco necesitamos siempre seguir un único tratamiento, ya que dependiendo de la época del año puede ocurrir que nuestra piel requiera un cuidado específico para afrontar y combatir los nuevos problemas que vayan surgiendo. En este sentido, luchar contra el fotoenvejecimiento es uno de los hándicaps a conseguir, ya que cada vez somos más conscientes del daño que el sol produce en nuestra piel y estamos notando las consecuencias de una falta de precauciones en épocas pasadas.
La piel es un órgano de nuestro cuerpo que conserva una gran memoria y los efectos dañinos de las radiaciones solares aparecen décadas después de haber estado expuestas a ellas, por lo que será en una edad adulta cuando tomemos conciencia de la necesidad de proteger nuestra piel y olvidarnos un poco del aspecto estético y favorecedor que nos otorga un bonito bronceado.
Estas consecuencias solares se traducen en daños oxidativos en la piel, una epidermis más fina y una capa superficial más gruesa, además de los consabidos desajustes de melanina, por lo que el efecto en nuestro rostro es el de un aspecto más vasto, unas arrugas mucho más profundas y manchas marrones causadas por una mala acumulación de melanina. Por este motivo es importante que protejas tu piel todo el año y que también utilices productos que te ayuden a solucionar el problema de la mejor manera posible.
Los tratamientos más adecuados en estos casos son aquéllos que te ofrecen fotoprotección, ácidos como el kójico o glicólico, péptidos despigmentantes, y también vitamina C, ingredientes que encontrarás en productos como Re-plasty Laserist de Helena Rubinstein, Sensitive Hydraderm de Anne Möller, Melanyc de SkinClinic, Concentrate de Dermalogica, y Blanc de Perle de Guerlain, entre otros, ofreciéndote unos resultados con los que quedarás muy satisfecha al poder recobrar la salud y el buen aspecto de tu piel.