Las varices de las piernas son un problema estético que afecta a una buena parte del género femenino, pero además de una cuestión de belleza también representa un inconveniente para nuestra salud, algunas veces doloroso.
Las varices suponen una dilatación patológica del sistema venoso superficial que indica una mala circulación sanguínea. En el mercado actual existen fármacos de dudosa eficacia contra este problema, un buen consejo si sufres de varices desde hace tiempo es que acudas a un especialista que te aconseje el mejor tratamiento médico-estético para ti.
Si por el contrario es un problema leve, debes saber que algunas simples recomendaciones pueden ser suficientes para poner fin a las varices. Un consejo es que evites los tacones altos o demasiado planos, y la ropa muy ajustada.
Las duchas calientes en las piernas, seguidas de duchas frías pueden resultarte muy útiles para mejorar la circulación sanguínea. Si por tu trabajo te ves obligada a pasar una gran parte del tiempo de pie, es recomendable que realices ejercicio físico, mientras que si por el contrario estás mucho tiempo sentada, evita cruzar las piernas y acostúmbrate a dar breves paseos.
Una sana alimentación rica en fibra es lo que más recomiendan los expertos, y por supuesto hidratar la piel o utilizar una crema reafirmante que ayude a regenerar tus células con el fin de conseguir una piel tersa y fina.
Otro método también muy cómodo para terminar con las varices son las medias elásticas que al igual que algunas cremas farmacológicas contribuyen a proporcionar un descanso y a activar la circulación de la sangre.
Para las piernas con un serio problema de varices lo mejor es apostar por tratamientos médicos. Uno de los más novedosos es la dermoabrasión que consiste en realizar una abrasión física de las capas superiores de la piel, mientras que el láser combinado con pequeñas cantidades de sustancias tónicas garantiza una eficacia mucho más inmediata.